lunes, 17 de junio de 2013

Días oscuros...

Los días cada vez son más luminosos, pero yo los veo cada ves más oscuros y más fríos. Están muy lejos de la esperanza, muy lejos de los deseos. Ciega, he estado ciega constantemente. ¿Por qué no veía? Puede que no quisiese, puede que no pudiese, no lo sé... La esperanza está muerta, la última gota de agua cayó. El tiempo se acabó, eso dice mi reloj de arena. Unido a la esperanza y al tiempo, estás tú. No se si ya te has ido de mi lado, hoy no me lo ha parecido, pero me siento insensata, estúpida, me siento tan mal que duele.

Una mezcla de pensamientos y emociones chocan cuando te acercas. No puedo asumir bien la cantidad de mensajes contradictorios e involuntarios que recibo. ¿Decepción? ¿Cariño? ¿Esperanza? ¿Rechazo?

Me molesta no estar a la altura a la que te gustaría que yo estuviera. Me molesta que mis amigas, las palabras, no sean capaces de ayudarme cuando te acercas a mi. Me duele saborear tan de cerca tu decepción. Me asusta que cada vez estemos más lejos, cuando en realidad nunca hemos estado cerca. Me molesta ser capaz de mirarte a los ojos, pero no de expresarte lo que en realidad siento. Me molesta que interpretes mis miradas como negativas, cuando en realidad no lo son. Me molesta haber tenido la oportunidad de hacerte el amor con palabras, como los poetas, y no haberlo hecho. Me disgusta enormemente, el hecho de que mi lenguaje no verbal exprese todo lo contrario a lo que siento. De entre tantos disgustos, de entre tanto cansancio, lo que más me preocupa en este instante es expresarte una indiferencia que no existe.