sábado, 19 de junio de 2021

Aго́ния

 

    Es una mañana gélida. La niebla recorre la piel de las plantas como si quisiera engullirlas. Pero no es una borrasca o un simple cielo encapotado que se acerca a regañadientes. Eres tú, que te expandes en tu propio ser y la frialdad que te ha creado termina por conquistarlo todo con una eficiencia que raya lo mágico y lo cruel. Escarcha.

    Es una mañana oscura. La luz se esconde tras el mar como si este no fuera a chivarse. Pero no es la noche la que llega, no es un mero manto interpretando un papel con el pasar del tictac. Soy yo, que me deshago en mí misma y la creatura que soy termina por rasgarme la piel con una determinación cercana al acto de guerra.  Agonía.

Un paso o cinco mil. Hielo o caos. Quizá es lo mismo y no hay distancia que recorrer más allá de una ilusión, sueño o pesadilla.

sábado, 12 de junio de 2021

Cuándo


 

     Ser una misma es difícil entre actividades rutinarias. Ya no los cafés, sino los tés, se solapan entre clases, el transporte o cualquier actividad complementaria y vital. Se nos olvida ser lo que somos, se nos olvida sentir como sentimos. Más tarde, en otro momento, otro día. Puede que otro año. Ahora no. Nunca tenemos tiempo en este juego ingente. Somos los sims en un juego demasiado realista. O no. Quizá todo es una mera búsqueda continua de la idealización productivo-consumista a las que nos atenemos con naturalidad desorbitada.

     Cuándo, si no es ahora, tendré un minuto para escribir. Cuándo, si no es ya, tendré un momento para respirar. Que no, que a cada cosa su tiempo, que las boberías para las vacaciones, que ya tendré motivación. Comodín léxico millenial. Nunca se nos ocurriría posponer la comida o la higiene. Las facturas, el ocio, el instagram.

Somos nuestra propia excusa, negación infinita del ser, en un mar, de relleno y barato, de serie B.

 

 

domingo, 6 de junio de 2021

Secretos

 
          El hambre es un concepto extraño. Nos enseñan que se trata de una necesidad del cuerpo y que tenemos que hacerlo cinco veces al día. Pero hay un hambre más profunda de la que nunca nos hablan. Me topo con él a todas horas, y no sé si mirarle a los ojos para atravesarle y conocerle o si bajar la mirada y huir como se hace con quienes tememos. El hambre es una idea confusa. Tiene una presencia tan abrumadora y dispar que unas veces me deshago en llantos y otras me elevo hasta la locura. No sé si llevarme algo a los labios o si beberme la sal para calmar el tamaño de lo que me invade. Puede ser el océano para alguien que se ahoga o la mar para alguien que busca algo. O, incluso, como la luz prometida al final del túnel, que se transforma entonces en un medio y no tanto en un fin. Toda la fuerza del agua o todo el veneno de la tierra, toda la luz de un faro o la oscuridad en el horizonte. Y me faltan aletas y me sobra el plomo. Me falta hablar su idioma y me sobra el mío.Qué es el hambre sino una burla o una bendición, un obstáculo o un aliento, un grito agudo o una simple molestia más. Qué es, le grito, sino un tirano que guarda secretos.